Para nuestra humanidad la piedra más preciada en el diamante, es por eso que cuando a uno le dicen, eres un diamante, es porque ha alcanzado algo muy importante. Se podría decir, que quien ya se sabe que es diamante, tiene un valor incalculable.
Cómo sucede con las mariposas, este ejemplo, es de gran ayuda para comprender cuál es el proceso por el que los humanos atravesamos, para poder sentir la transformación tan difícil, poderosa y esencial, para encontrarnos con nuestra verdadera joya, nuestro único y genuino Ser, nuestro diamante.
LA ROCA
Para ser un diamante, antes has tenido que ser una roca. Sentir como que nada vales, saber estar en la oscuridad y convertirla en un maravilloso hogar. Cuando ya te sientes bien, aceptas esa condición, ya no te importa los duros golpes que recibes, has creado la fortaleza. Ni siquiera la presión a la que te someten, notas que te afecte. Cuando has aceptado todo este proceso, a pesar de las dificultades, si comprendes íntimamente lo perfecto y necesario que es, su función es la de ayudarte, a valorarte, a amarte.
No es de extrañar que sean tan valorados, ¿Cuántos estamos dispuestos para aguantar tanta presión? ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a comprender que todos los golpes que recibimos son necesarios? ¿Cuántos agradecen la función de todos los mineros que tanto han golpeado?
Esa es la cuestión, la resiliencia, fluir y confiar en el arte de la transformación, la conversión a un diamante, la más genuina, la que solo puede surgir de tu interior, con la aceptación y con el permiso de vivir la adversidad, la oscuridad, las condiciones más extremas y la presión de todo lo que ocurre a tu alrededor.
LA TRANSFORMACION
Para que surja cualquier forma de vida, se debe pasar y aceptar la oscuridad, así como sucede con la naturaleza que nos sostiene, la que antes fue semilla. Los diamantes fueron rocas y las mariposas, gusanos. La condición de todo lo que vemos, lo que sostiene el universo, es la vida.
Solo aceptando nuestros más oscuros pensamientos, sentimientos y tormentos, podemos entender como es el proceso, atender a cada uno de ellos para poder soportar la presión y mantenerte impasible ante cualquier adversidad. Recuerda, que todas deben de ser atendidas, solo así, podrás ir moldeando tu tallado hasta conseguir encontrar tu propia forma.
Entender tu proceso es sentirte agradecida a la vida, confiar en tu propia naturaleza, todo es perfecto hasta que llega el ego. Debes entender esto, tu vida surgió sin ningún control. Ahora que te recuerdo que eres vida, solo puedes elegir aceptar esa responsabilidad y coger las riendas de la experiencia.
Todos los seres humanos deseamos lo mismo, para todos su tesoro más preciado es la felicidad, la paz y el amor eterno, lo más curioso es que existen todas las posibilidades para poderlo conseguir, para nuestra especie ese es el elixir más preciado, ese es nuestro diamante. El único lugar en donde podemos confiar, bien más información contiene para saber lo que te convienes tu interior, ahí es donde se encuentra el diamante, ¿quién va a ser el mejor maestro para llevar a cabo tu proceso? Solo tu interior lleva toda la información que necesitas para ser la perfección.
Aceptando este proceso es cuando sientes que todo se transforma, que estás inmerso en ese proceso, que no hace falta millones de años para sentir que la transformación está en todo momento ocurriendo.
EL DIAMANTE
Cuando estás confiando, cuando sabes que todo es perfecto, cuando es tu luz la que ves, cuando aceptas todas las formas, y amas todo lo que encuentras en tu naturaleza, sientes la pureza y te agarras a ella con toda tu voluntad a pesar de la adversidad.
Cuando consigues ser la luz, que hagan que todos vean, aunque solo un pequeño destello, la maravilla que tienen dentro. Podrás cumplir su misión, que va más allá del valor, va más allá de su pureza, incluso más allá de la belleza, su verdadera misión es ser la mejor herramienta para poder trabajar y esculpir a los demás diamantes.
