Maquina tragaperras

por | Oct 14, 2022 | Artículos | 0 Comentarios

Cuando descubrí por primera vez estas divertidas, coloridas y extrañas máquinas no sabia para que eran, ni siquiera cuando me lo explicaron lo podía entender correctamente. Creo que lo que todo el mundo entiende de estas peculiares maquinitas es que se mete una moneda y si tienes suerte te devuelve un montón.

La primera vez que estuve frente a una de ellas fue sentada sobre las piernas de mi padre. No metió una moneda, fueron unas cuantas pero no tuvimos suerte. No comprendía cómo a mi madre no le hizo ni gota de gracia, porque yo me lo pase la mar de bien, mi padre me iba explicando la combinación que tenía que salir, por ejemplo, si salían tres limones nos daba tantas monedas y así con los demás dibujos. Si no coincidían los dibujos pues perdíamos. Mis ojos abiertos sin pestañear observaban con entusiasmo y emoción cómo giraban y giraban esos coloridos dibujos, fue muy emocionante.

Por supuesto que cuando crecí ya no lo contemplaba de la misma manera. Ahora comprendo que es un juego bastante peligroso por la adicción que puede causar y que de hecho causa, ha destrozado a muchas personas y familias. Como cualquier adicción, sabemos que el que la sufre es el primer perjudicado por la grave enfermedad que atraviesa, cómo cualquier enfermedad mental. Actúa como un efecto dominó, todos los que estén cerca del adicto o el enfermo, acaban sufriendo y necesitando ayuda. ¿Porque esto no se contempla como corresponde?

Es fácil entender que las maquinas tragaperras son lo que su propio nombre dice “tragan-dinero”. Es simple, están programadas para ser la máquina la que gane a base de estímulos que atraen a la mente humana.

La adición 

Todos deberíamos disponer de un psicólogo, incluso me atrevería a decir que debería ser obligatorio pasar por su consulta cada x tiempo, como los recibos que todos los meses tenemos que atender. Esta claro que no todo el mundo conecta igual con un psicólogo que con otro. En muchas ocasiones tienes que ir a varios profesionales asta que encuentras el tuyo, con el que conectas y sientes que te entiende, te ayuda a conocerte y a tomar conciencia de muchos patrones limitantes que llevamos a cuestas en nuestro día a día.

En mi caso, cuando me anime a visitar a una psicóloga que ma habían recomendado, tuve un feeling muy especial que me ayudó desde el principio a abrirme completamente a ella. A pesar de tener la suerte de tener muchos recursos por mis indagaciones y estudios,  en ese momento necesitaba un acompañamiento para reforzar mi equilibrio mental, me encontraba en una montaña rusa. Llevaba unos cuantos años intentando sacar adelante una relación de pareja, me sentía agotada, desgastada, frustrada, deprimida y con la autoestima por los suelos.

Mi sorpresa fue cuando mi querida psicóloga en una se las sesiones me dijo: “siento decirte que eres una adicta” imaginaros mi sorpresa. ¿Adicta yo? 

Su respuesta de nuevo fue esta: Tienes una adicción como la de las maquinas tragaperras. Mi cuerpo resonó de inmediato, me puse tensa y deseaba escuchar atentamente su explicación.

Comprender que eres adipto

Es como si tu pareja fuese tu maquina tragaperras, continuó. Hechas moneditas (explicas, hablas, cuentas como estas, como te sientes…esas son tus monedas). Crees que te puede entender y sigues con otra moneda, y luego otra, asta que te quedas con el bolsillo vacío. Pero en cuanto te recuperas mínimamente, en cuanto consigues una monedita (en tu caso energía) vuelves a probar suerte por si te toca el premio. Es una adicción más común de lo que nos podemos llegar a imaginar. 

 ¿Pero qué he hecho para engancharme a esta situación? La pregunté           -El cerebro deja de funcionar de manera racional, así que centra su atención como si estuviera en meditación continua en un solo objetivo, conseguir el premio, que vuelva a ser todo como al principio. En tu caso la motivación es conseguir que te valore, que se de cuenta de tu sufrimiento, que cambie su actitud, que se cuide… y todos tus pensamientos, actos y energía giran solo en torno a conseguir ese objetivo. Esperas que te toque un día de suerte en donde puedas recuperar todo lo invertido. Un día te toca el premio y… ohhh!!! Subidón de adrenalina, crees que lo has conseguido que ya se ha dado cuenta, ya puedes ser feliz. ¿Que te ha ocurrido después? Vuelta a empezar, ni recuperaste el dinero perdido, y lo que creíste haber ganado, se ha esfumado como la espuma. Tienes que mendigar, pedir y arrastrarte de nuevo para conseguir mas dinero, a ver si esta vez hay más suerte y te toca el premio gordo.

Lamento decirte… prosiguió que eres adicta a una persona que solo te está empobreciendo en todos los aspectos de tu vida, como mujer, como familia, económicamente y socialmente. Te estás perdiendo a ti misma.   

De repente pude comprender que era una adicta, simplemente lo vi, me vi reflejada en sus palabras, veía qué era exactamente lo que me estaba ocurriendo. No pude argumentar nada, quedé en shock. ¿En eso me había convertido? Dedique unos años a gastar todo lo que él en una persona que yo había creído que si se daba cuenta de mi inversión en el, me haría feliz.

Desintoxicación

Darme cuenta definitivamente fue el primer impulso, como les sucede a muchos adiptos del tipo que sea, acabé arruinada, agotada en todos los aspectos, desubicada, con mono… podría decir miles de emociones por las que tienes que atravesar cuando quieres salir del infierno de que algo controla tu mente y tu vida.

Intenté poner las cartas encima de la mesa y confrontar el asunto. Lo primero que hice fue contarle lo que me pasaba a “mi particular maquina tragaperras” pero… adivinad lo que pasó, no funcionaba, sin mis monedas estaba muerta.

Perdí todo, porque todo se lo tragó, asta el ultimo céntimo. Tuve varias recaídas desastrosas para mí,  sucedieron cuando creía que ya estaba recuperada. Caí en la tentación de querer probar, creí que había recuperado el control, sin embargo las recaídas fueron peor, mas dolorosas, más traición, más desesperación ya no dio premios, ni adrenalina, ni alegría.

Salir del pozo

Aunque aparente ser fuerte (eso es lo que parece que todos ven de mi), siempre he sido sumamente sensible. La vida, el amor, la personas, mi círculo cercano y todo lo que ello conlleva lo amo profundamente e intento hacer lo que esté en mi mano para que todo esté bien, pero no por mi fortaleza sino por mi sensibilidad. Empatizo bastante así que cualquier sufrimiento que este pasando alguien de mi entorno, lo hago mío y allí voy de “salvadora”.

Solo pude salir del pozo aceptándolo, no puedo con todo ni con todos, debo de cuidar y amar mi sensibilidad correctamente, debo empatizar uniéndome en la luz del otro en lugar de su sufrimiento. Debo entender que una relación debe haber equilibrio, comunicación, respeto y honestidad si no quieres quedarte con los bolsillos vacíos.

Ya nunca podré decir que estoy limpia de todo, porque ya caí y recaí. Ahora cada día es un nuevo comienzo, lejos del salón de juego en donde me enganché para evitar tentaciones ( como cuando un ludopata se denuncia para que no le dejen entrar en el salón de juegos) pero contenta, satisfecha y recuperada. Si hay algo que tenemos que aprender de estas experiencias es que te dan la oportunidad para conocerte mejor, para valorarte y para entender que amarte a ti es el principal paso que debemos de dar , solo así sabremos poner limites y saber asta donde podemos llegar. Hay veces que no podemos con todo ni todos y eso está bien, somos humanos. ¿O quieres convertirte en un adipto de otro adipto?

Si estas viviendo una situación así, te recomiendo que pidas ayuda de un profesional, al final estar implícito en cualquier relación que se ha convertido en dependencia no es sana, ni hay amor.

Sobre mí

Ruth Caro Vegas

Podría decir que soy terapeuta transpersonal, naturópata, investigadora en antropología y filosofía o que la maternidad, la familia y la sociedad son los que me han regalado mis conocimientos.

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