Tengo sindrome de Estocolmo, ¿qué hago?

por | Oct 28, 2022 | Artículos | 0 Comentarios

Va a hacer un año que descubrí que sufría Síndrome de Estocolmo. Digo “sufría” porque aunque no fui consciente hasta ese momento, el arrastre que durante años he llevado disculpando, justificando, incluso siendo amiga de quien me causó el daño, ha conllevado una gran repercusión en mi vida. Parece extraño como lo que por una parte protege nuestro cerebro para protegernos del shock, más tarde si no lo sacas y lo sanas, tu vida parece convertirse en una representación del suceso con distintas mascaras. 

Historia del Sindrome de Estocolmo

En 1973, en Estocolmo hubo un atraco en un banco, el atracador secuestró durante unos días a varios rehenes. Cuando por fin las autoridades pusieron fin a este atentado, durante los interrogatorios, se dieron cuenta que alguna de sus víctimas defendían el acontecimiento. Incluso llegando a justificar un disparo, argumentando que el atracador explicó porque debía hacerlo y cómo lo haría para causar el menor daño. El colmo fue que incluso llegaron a enfrentarse los rehenes con las autoridades.

El psiquiatra Nils Bejerot que colaboró en este suceso, fue quien puso nombre a este estado, Sindrome de Estocolmo, se debía a una respuesta psicológica en la que los rehenes o víctimas de abuso pueden llegar a simpatizar con sus agresores. Una respuesta contraria al miedo, el terror y el menosprecio que se espera de las víctimas.

Con el paso del tiempo, algunas víctimas llegan a desarrollar sentimientos positivos con sus depredadores. Incluso llegar a sentir que comparten objetivos, causas comunes y su aprobación. Un mecanismo de defensa psicológico que consiste en simpatizar con el agresor. Justificas la conducta del agresor, le defiendes y empatizas creyendo que quienes desaprueban su actitud se están equivocando.

¿QUIENES PUEDEN SER LAS VICTIMAS?

Sufrir un secuestro es con lo que más lo identificamos, incluso se ha hablado de quien ha desarrollado hasta sentimientos de enamoramiento. El síndrome de Estocolmo puede desarrollarse ante otros sucesos traumáticos en donde se cree una relación entre agresor y víctima. Esclavitud, abuso sexual, violencia de pareja son causas que pueden producir este síntoma. Desarrollando sentimientos positivos que defiendes como una verdad difícil de cuestionar. Cualquier persona que ha experimentado cualquiera de estas relaciones debería poner especial interés a este articulo, ya que quizás pueda moverle algún sentimiento interno que pueda servirle de gran ayuda.

Mi experiencia

Jamás hubiera pensado que podría contar tan naturalmente esta experiencia de mi vida. Cuando tenia ocho años, (es el primer recuerdo que tengo) un tío comenzó a hacer cosas extrañas conmigo que yo sentía que no estaba bien y no me sentía cómoda. No sabia exactamente qué estaba ocurriendo pero me sentía avergonzada, a pesar de no querer verme en esas situaciones, simplemente sucedían. Cuando tenia aproximadamente once años, su hijo,”ósea mi primo” cogió el relevo. El tenia seis años más que yo, la relación era más fácil y cercana, así que para mí, aunque uno me había dejado, comenzó otro con más intensidad. También sentí vergüenza y a esa sensación se añadió la culpabilidad y la suciedad. Jamás dije a nadie lo que estaba viviendo, no sabia como expresarlo. A los 16 años me liberó, gracias a una negociación que mejor me la reservo…

El caso es que durante años perdí de vista a los dos, mi tía se separó y a mi primo durante unos años no lo vi. Mientras con una iniciación a la vida sexual tan traumática, imaginaros como la continué… a los veinte años ya me casé y a los veintiséis fue mi segunda boda…y suma y sigue, un desastre detrás de otro. He tenido varias relaciones sentimentales y las que han tomado cierto compromiso, he sentido que de una u otra manera han abusado de mí. 

Cuando volví a retomar la relación con mi primo, me explico que todo fue obra de su padre y que el también fue otra víctima, así me convertí en su mejor amiga, en su protectora y necesitaba su aprobación para cualquier tema porque consideraba su punto de vista por encima de los demás. 

¿Cómo supe que tenia Sindrome de Estocolmo?

Afortunadamente mi vida dio un giro en donde la psicología, antropología, filosofía, terapias, autoidagacion, meditación…se convirtió en el pan de cada día y esto a permitido tomar consciencia de muchas de las cargas que llevo acumuladas. Hubo un precioso día que mi primo y yo por fin tuvimos una charla telefónica después de cinco intentos por mi parte, estaba atravesando una crisis personal sentimental muy potente y casi sin abrir la boca el me dijo: eres una egoísta y por eso no te cogí el teléfono. Escuchar justo en ese momento tan duro para mí, fue un Shock. De repente vi cómo el jamás fue consciente de la repercusión de sus actos en mi vida, incluso apoyaba con sus palabras a quienes después abusaron de mí, justificándolos. Mi autoestima ya prácticamente no existía, quedaba un hilo. 

Pero lo vi, pude detectarlo, tuve la suerte de darme cuenta y en esa toma de conciencia se cayeron todas las mascaras que la vida iba adoptando en forma de experiencias para darme la oportunidad de decir NO, sanarme y poder comenzar una nueva y consciente vida de mujer que se acepta, elige lo que quiere, pone limites y disfruta de su sexualidad. Una mujer que siempre había admirado pero que creía que no era yo.

Contacto cero

Desde que me di cuenta, pude exteriorizarlo, compartirlo y trabajar con todo lo que afloró. La primera recomendación fue no mantener ningún tipo de contacto con quien ha ejercido el abuso, ni con las personas que lo protegen. Apartarte de todo lo que tenga que ver con el entorno de quien ha condicionado tu psique es de gran importancia para poder empezar tu vida libre de condicionamientos. Desde esta abrumadora nueva soledad, surgen miedos, inseguridades, tentaciones, sentimientos encontrados. Darte cuenta de lo que te ha ocurrido, ser benevolente contigo y actuar en consecuencia es el impulso que logrará poder superarlo y descubrir tu mejor versión. Encontrarte de nuevo contigo mismo habiendo superado un trauma, es una sensación única, como si desplegases unas alas que desconocías y saber que puedes volar. 

Superar el Sindrome de Estocolmo

Como cualquier otro obstáculo que nos impide ser libres de cualquier tipo de condicionamiento, solo el perdón puede superar el Síndrome de Estocolmo. Para llegar a entender como lo que defendíamos con uñas y dientes nos estaba dañando, ha sido necesario un recorrido para descubrir lo que se ocultaba tras la experiencia, han sucedido muchas vivencias que te ha conducido a este reconocimiento. Has creído ser tan buena persona por haber perdonado el dolor que te ha causado la otra parte, es más incluso defendiste su historia sin mirar la tuya. El verdadero perdón se encuentra en ti, perdonarte tu. Cuando descubres que en el fondo eso te hizo daño, lo sacas, te das cuenta a donde te ha arrastrado ese duelo que tenias camuflado, lo confrontas y coges las riendas de tu ser, observas tu vida desde otra perspectiva. No es necesario perdonar al otro eso viene solo, aunque no te lo pida. Lo verdaderamente necesario es perdonarte a ti mismo, entender que perdonar al otro no es perdonarte a ti mismo, perdonarte es comprenderte, entenderte y amarte. Trascender lo que pensabas que era, para dejarte ser. 

El no querer contacto con otra persona, no te convierte en mala persona, solo son caminos diferentes. Puedes entender porque te hizo daño, puedes perdonarlo, pero eso no significa que sea una buena influencia en tu vida, no es necesario que entre en tu casa, en tu templo, en tu vida. Puedes quererle incluso durante toda tu vida. Poner limites, aprender a decir no, elegir tu lo que es más adecuado para ti, quererte y reconocer el valor que tienes, es un trabajo de gran valor y valentía que debes emprender lejos de las personas  que te han agredido o abusado de ti. 

Date la oportunidad y ponte al servicio de tu ser.

Un Sindrome que sigue siendo tema de debate

El Sindrome de Estocolmo, sigue siendo tema de debate entre distintos especialistas, al tratarse de una forma peculiar de reacción y conducta no generalizable ni generalizada que responde a un mecanismo de defensa que incluyen la identificación proyectiva con el secuestrador o abusador en respuesta psicológica. Ocurre cuando los rehenes o víctimas de abuso crean vínculos con sus captores o abusadores. Esta conexión psicológica se desarrolla a lo largo de los días, semanas, meses, o incluso años de cautiverio o abuso y es mas frecuente cuando se trata de edades tempranas o hay vínculos afectivos.

Sobre mí

Ruth Caro Vegas

Podría decir que soy terapeuta transpersonal, naturópata, investigadora en antropología y filosofía o que la maternidad, la familia y la sociedad son los que me han regalado mis conocimientos.

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